1982. Días difíciles en las Malvinas
John. A. T. Fowler
Introducción de Federico Lorenz. Epílogo de Roberto Herrscher
9789872720032
212 págs.
John Fowler llegó a las islas Malvinas en 1971 como maestro, junto a su esposa. Allí nacieron sus hijos. Fue testigo privilegiado de la guerra. En 1982 era el responsable del sistema educativo de las islas. Sus recuerdos conforman un cuadro vívido y melancólico de una guerra que lo afectó especialmente. Sobre su casa cayó un proyectil inglés que causó las únicas bajas civiles de la guerra.
“Usted tiene derecho a vivir en libertad”, decía un volante entregado por los argentinos y difundido por radio en la mañana del 2 de abril de 1982. Más allá de la ironía de que hubieran sido entregados por un gobierno dictatorial, los kelpers estaban lejos de querer ser liberados por los argentinos. Ese día se había hecho realidad su pesadilla: una invasión argentina. Para los argentinos, por otra parte, la recuperación de las islas Malvinas es un anhelo que tiene rango constitucional: bajo la forma del mandato pacífico, está expresada en una cláusula transitoria de la constitución. Es muy difícil, para uno y otro lado, mirar las cosas desde el punto de vista del otro. Este esfuerzo, sin embargo, es condición necesaria para establecer el diálogo. 1982. Días difíciles en las Malvinas es un pequeño gran aporte en esta dirección.